viernes, 5 de julio de 2013

Dulces cambios

"Un hijo te cambia la vida", he oído esa frase hasta la saciedad en cualquier conversación con mamás o papás... y mira que yo la tenía asumida cuando me embarqué en esta aventura, pero nunca sabes lo que implica realmente hasta que ya está todo tu mundo patas arriba.

Y no solo te cambia la vida, a mi me ha cambiado todo, las prioridades, la paciencia, la manera de organizarme...todo.
Y no por ello me arrepiento, al contrario, ahora estoy como loca por volver a casa para jugar con mi enano y hacer que se ria a carcajadas, ayudarle a dar sus primeros pasos y me derrito cuando me echa los bracitos....

Es curioso como antes de su llegada la casa tenía que estar inmaculada, para lamer el suelo, vamos. A mi marido y a mi nos gustaba pasar bastante tiempo en la cocina, haciendo comidas y cenas elaboradas y no me importaba acostarme algo mas tarde aunque tuviera que madrugar.... pero ya no hay ni rastro de eso. Ahora la casa está en un segundo plano (mi peque da fe de ello cada vez que gatea porque acaba con las rodillas un tanto ahumadas) y la cocina acaba siendo rápida y vía Thermomix y mas de una noche por cansancio y pereza acabamos cenando un bol de  Kellog's o pecamos de comida basura... y a partir de las 22'30h dejo de ser persona...

Sin embargo, también me he dado cuenta que tengo mucha mas paciencia de la que yo creía y que ya no doy tanta importancia a cosas que antes me quitaban el sueño, aparte de que ahora acabo tan cansada que caigo muerta en la cama. 
Ahora solo me importa ser capaz de ser una supermamá. Ser capaz de estar con mi peque, jugar con el y ayudarle en su desarrollo y todo esto conseguir compatibilizarlo con trabajar, hacer los deberes domésticos y  conseguir disfrutar de 5 minutitos con mi señor esposo y todo esto, sin morir en el intento.

Menos mal que tenemos los findes para recargar pilas y donde para mi están los mejores momentos de la semana: las mañanas del sábado y domingo donde, aún en la cama, sin prisas, disfruto de mis dos amores, jugando, riéndonos, comiéndonos a besos y a pedorretas...

¡ Feliz finde !