Hace 5 meses y medio que la benjamina de la casa llegó a nuestras vidas. Me hubiera gustado haber contado cómo ha sido el embarazo y todos los cambios y adaptaciones que hemos ido haciendo y algún susto que nos hemos llevado, pero no he sido capaz de sacar tiempo.
Laboralmente estaba implicada en un proyecto que me estaba absorbiendo todo el tiempo pero con el que estaba disfrutando mucho, hasta que en la revisión de la semana 28 detectaron que la princesa venía mas pequeña de lo que debía y tenía que guardar reposo y evitar situaciones de estrés (que laboralmente y personalmente tenía para dar y regalar) así que... me tocó frenar con todo, pero a la vez, tenía que hacer ejercicio moderado para tener controlada la diabetes gestacional. Ha sido todo un show.
Y una vez que tuve a mi neurona libre de hacer de las suyas... me dio por pensar, qué podía reciclar de los mayores, ya que Miguel y Olivia son de Julio y ella de Noviembre.
Otro "entretenimiento" fue la compra del coche nuevo. Parece fácil, sobre todo cuando los miras vía web, pero cuando te plantas en los concesionarios con las 3 sillitas, dos niños, una embarazada y un marido que tiene que montarlas para ver si entran... acaba siendo un espectáculo. Había que montarlas si, porque según todos los concesionarios, entraban sin problemas y al final, probándolas te dabas cuenta de que no...
Miguel viaja en una Romer, Olivia en una Askid a contramarcha y la pequeña en una Britax First. Al final el Toyota verso, coche que nos encantaba no pudo ser, ya que no entraban. Otra cosa que nos traía de cabeza, es que nosotros necesitamos el coche para trabajar y el aparcamiento en nuestra zona es terrible, por lo que tampoco podían ser coches muy largos... Nos encantó el Rodius pero iba a ser imposible aparcarlo. Finalmente conseguimos decidirnos por el Volswagen Touran y aunque no me gustaba nada estéticamente, a día de hoy estoy encantadísima con el. Es un 7 plazas y las plazas de atrás también tienen isofix, con lo que los abuelos pueden venirse alguna vez con nosotros.
Casi simultáneamente con lo del coche, no podía parar de darle vueltas a la cabeza de si la pequeña estaría bien, porque todas las semanas tenía que subir a hacerme una eco Doppler, para que pudieran verificar si seguía creciendo o se había estancado y de ser así, me programaban el parto.
Al final, en la semana 37 decidieron programármelo... yo no estaba muy de acuerdo porque seguía creciendo pero me daba mucho miedo que la pudiera pasar algo así que, finalmente en la 37+4 me lo provocaron y tras un parto maravilloso, llegó a nuestras vidas Paula.
Espero poder encontrar otro ratejo y contároslo ;-)